Colombia, el hospital del Caribe
Habitantes de Aruba y Curaçao han encontrado en el país la oportunidad de acceder a mejores tratamientos médicos en especialidades como cardiología y oncología.
El Espectador. “Uno no se puede imaginar un hospital en Aruba sin un prominente médico colombiano”. Con esas palabras, el primer ministro arubeño, Mike G. Eman, define la relación que hay entre esa isla perteneciente al Reino de Países Bajos y Colombia en cuanto a temas de salud. Pero Eman no es el único que se refiere a un intercambio que podría parecer insospechado, y que no es sólo con esta isla, sino también con Curaçao y Sint Maarten.
El ministro de Desarrollo Económico de Curaçao, Eugen P. Ruggenaath, y el ministro consejero de la Embajada de Países Bajos en Colombia, Joris W.P. Jurriëns, coinciden con Eman: uno de los fuertes de las relaciones con Colombia es la posibilidad de que los habitantes de las islas caribeñas puedan viajar al país para hacerse tratamientos médicos de alta complejidad.
Jurriëns señala que el interés de los países del Reino, incluyendo Holanda, en el sistema de salud en Colombia es tal que a partir del próximo año se realizarían inversiones en infraestructura en el país. También explica que hay un intercambio de profesionales, lo que se traduce en intercambio de conocimiento.
Esa relación existe, además, por pragmatismo: “Es más fácil buscar servicios complejos de salud cerca que viajar a Holanda o Estados Unidos. Además, en un contexto regional, Colombia cuenta con servicios de salud de alta calidad. En turismo médico hablamos de atención en especialidades como ortopedia, oftalmología, neurocirugía, cardiología y oncología”, explica Jurriëns.
A la ventaja que da la corta distancia entre las islas y Colombia, hora y media en avión desde Aruba hasta Bogotá, también hay una razón de peso relacionada con el contexto de los países autónomos: la falta de infraestructura para atender tratamientos de alto riesgo. Un ejemplo de esto es Curaçao, que durante 160 años ha tenido un único hospital sin recursos ni la infraestructura necesaria para brindar servicio especializado.
En el 2014 se dio inicio en la isla a la construcción del hospital Nuevo de Otrabanda, una mole de cemento y hierro que responderá a una necesidad que, según los encargados de la obra, data de más de 60 años, pero que por intereses políticos referente a la ejecución no se había podido llevar a cabo.
El hospital Nuevo, que se espera entre en operación a finales de 2018, tendrá un área funcional de 60.000 m², incluyendo 20.000 m² para parqueaderos, y espacio para 300 camas. Allí se podrán hacer tratamientos para, por ejemplo, distintos tipos de cáncer. Pero la entrada en operación de la clínica, lejos de afectar las relaciones en este sector con Colombia, podría dinamizarlas, según Jurriëns.
El segundo al mando en la Embajada de Países Bajos dice que el intercambio entre el Reino y Colombia en salud no se reduce a la atención de unos 20.000 pacientes al año. Este hecho ha permitido que empresas holandesas dirijan sus miradas al mercado colombiano: “Se ve interés de nuestro sector privado en hacer negocios e invertir en salud aquí. Por ejemplo, en junio tuvimos una misión comercial que visitó la feria Meditech. Esto tiene varias ventajas: esas inversiones son buenas para Colombia, pero también lo son para el Reino”.
Así pues, el “turismo en salud”, como lo denomina Eugen P. Ruggenaath, ministro de Desarrollo Económico de Curaçao, también permite fortalecer las relaciones con otros países del Caribe y Colombia.
En ese sentido, Ruggenaath menciona a Venezuela como un importante aliado para la salud, pero desde la embajada neerlandesa en Colombia, Jurriëns asevera que “la relación con otros países es mucho menor. En el pasado era muy fuerte con Venezuela, pero con la actual situación política allá, se hace más complicado. Este es otro argumento por el que el enfoque es tanto a Colombia”.
Hay una última razón, que ha tenido un gran peso para que la salud colombiana sea referente en estos países: la cantidad de nacionales que hay allí. El primer ministro de Aruba, Mike G. Eman, explica que en su país la población colombiana representa alrededor del 10 o 15 % de los habitantes de la isla (unas 15.000 personas). Muchos de ellos son médicos que, viviendo allí, tienen hijos, y esta “segunda generación hace sus estudios en Colombia, lo que nos ha traído mucha diversidad de disciplinas en el área de medicina”.
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