Colombia: Ministra no reconoce error en convalidaciones de cirujanos plásticos
La ministra Gina Parody prometió trabajar con Minsalud para retomar el proyecto de ley que pretendía regular la especialidad.
Pablo Parada, El Espectador. "Los casos que estamos viendo en el país, donde tenemos mujeres víctimas de cirugías plásticas, no pueden volver a ocurrir y tenemos que hacer todo para que esto no pueda volver a pasar”. Con estas palabras, la ministra de Educación de Colombia, Gina Parody, inició una rueda de prensa en la que se revelaría el resultado de una investigación sobre la polémica convalidación de títulos de cirugía plástica a médicos que tomaron cursos en Brasil.
Hasta ese punto, Lorena Beltrán, una de las víctimas de cirugías plásticas a manos de estos médicos, y quien se encontraba entre los asistentes, pensó que por fin el gobierno comenzaba a reaccionar ante el problema que ha crecido en Colombia por la falta de regulación. Pero segundos después comenzaron las explicaciones confusas...
Álvaro Flores, en representación de la sala de salud de Conaces (Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior), y quien estuvo al frente de la revisión de este caso, ratificó que sí eran convalidables los títulos que el Ministerio de Educación le otorgó a los médicos que atendieron cursos en la Universidad Veiga de Almeida, en Brasil. Según el funcionario, estos médicos atendieron 6.256 horas presenciales de cursos de cirugía plástica durante tres a cuatro años. En Colombia, el requisito de los programas de cirugía plástica está entre 9.000 y 12.000 horas. La mitad de ellas presenciales.
Ahí comenzaron las caras de desconcierto entre los periodistas que asistieron a la reunión. Si algo ha quedado claro en este debate es que el programa que les ofrecen en Brasil es semi presencial. Los mismos cirujanos involucrados han aceptado públicamente que ellos no vivían en Brasil mientras estudiaban, sino que viajaban a tomar cursos. Si los cursos duran al menos tres días, implicarían de acuerdo con las cifras presentadas por el Ministerio de Educación que estos médicos habrían viajado a Brasil 260 veces. Ante la verificación de esto, Flores dijo que se habían limitado a revisar la documentación que los médicos presentaron.
Ni los periodistas que han estado cubriendo este tema ni Lorena Beltrán lo podían creer. La Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, así como las asociaciones médicas brasileñas han sido enfáticas en aclarar que esos cursos no son equivalentes a una "residencia", como se conoce en argot médico, a las especializaciones en cirugía plástica. Tanto es así, que las personas graduadas en estos programas simplemente no pueden ejercer la profesión en Brasil.
La ministra Gina Parody dijo que están listos "para trabajar con la academia para que el proceso sea más riguroso". Y también aseguró que ya había hablado con el Ministerio de Salud para retomar el proyecto de ley presentado en la anterior legislatura por el senador Jorge Iván Ospina, del Partido Verde, y con el que se pretendía regular el ejercicio de la cirugía plástica en Colombia.
De acuerdo con la ministra Parody, los problemas que se están presentando en Colombia, en torno a las cirugías plásticas, "no tienen que ver con convalidaciones, sino con la integridad y ética médica". Por eso hizo un llamado para que los Tribunales de Ética Médica actúen.
Una de las razones por las que Mineducación no estaría dispuesto a reconocer que cometió un error convalidando los títulos es la cantidad de demandas a las que se expondría. Por un lado, de las pacientes afectadas por estos médicos. Pero también de los mismos médicos que convalidaron los títulos.
“Si el Ministerio de Educación decide revocar la convalidación de los títulos ya otorgados, habría ahí una contingencia jurídica", ratifica Julia Rey Bonilla, abogada experta en derecho administrativo y profesora de la Universidad de los Andes y la Universidad del Rosario. La revocatoria de esos actos administrativos requeriría además el consentimiento de los cirujanos. Y por si fuera poco, el Estado tendría que pagar el lucro cesante de por vida. En el caso de un cirujano cuyo salario puede estar entre los $50 y los $100 millones al mes (entre US$16.500 y US$33 mil, aproximadamente), eso sería una cantidad astronómica.
Después de aceptar tan sólo tres o cuatro preguntas de los periodistas, la ministra Parody y Flores salieron rápidamente de la sala. Antes de irse, la ministra susurró a todos "busquen el foco del problema en otro lado".
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