Comer soja puede ayudar o dañar los tratamientos de cáncer de mama

Jueves, 02/02/2017

Un estudio descubre la biología molecular detrás de cómo su consumo, especialmente su isoflavona más activa, la genisteína, afecta el tamoxifeno, tanto positivamente como negativamente.

Georgetown University Medical Center. Investigadores del Centro Integral de Cáncer de Georgetown Lombardi han utilizado modelos animales para revelar un nueva información sobre el impacto -positivo y negativo- que el consumo de soja podría tener en un tratamiento común del cáncer de mama.

Los científicos han descubierto las vías biológicas en ratas por las que el consumo de soja durante mucho tiempo mejora la eficacia del tamoxifeno y reduce la recurrencia del cáncer de mama. Pero también muestran por qué comer o beber alimentos a base de soja por primera vez, mientras se trata con tamoxifeno puede, por el contrario, reducir la eficacia de la droga, y promover la recurrencia.

El estudio, publicado en Clinical Cancer Research, descubre la biología molecular detrás de cómo el consumo de soja, especialmente su isoflavona más activa, la genisteína, afecta el tamoxifeno, tanto positivamente como negativamente.

También refleja lo que se ha observado en pacientes con cáncer de mama, dice la investigadora principal del estudio, Leena Hilakivi-Clarke, profesora de oncología en Georgetown Lombardi.

"Ha habido una paradoja con respecto a la genisteína, que tiene la estructura similar al estrógeno y activa a la vez los receptores de estrógeno humanos a un grado. El estrógeno conduce la mayoría del crecimiento del cáncer de mama, sin embargo, un alto consumo de soja entre las mujeres en los países asiáticos se ha relacionado con un cáncer de mama con una tasa que es cinco veces menor que las mujeres occidentales, que comen menos soja", señala. "Entonces, ¿por qué la soja, que imita el estrógeno, protege a las mujeres asiáticas?"

Más del 70% de las 1,67 millones de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en todo el mundo en 2012 resultaron positivas para los receptores de estrógenos, y el tamoxifeno y otras terapias endocrinas destinadas a reducir la capacidad de los estrógenos para promover el crecimiento del cáncer, que son los fármacos más comunes utilizados para estos cánceres. Aunque las terapias endocrinas pueden ser altamente efectivas en la prevención o el tratamiento del cáncer de mama, aproximadamente la mitad de los pacientes que las usan exhiben resistencia y/o tienen recurrencia del cáncer.

Empleando un modelo de rata más avanzado del cáncer de mama y el uso de tamoxifeno que se ha utilizado en estudios anteriores, los investigadores encontraron que el momento de la ingestión de genisteína es el tema central.

El uso prolongado de genisteína antes del desarrollo del cáncer de mama mejora la inmunidad general contra el cáncer, protegiendo así contra el desarrollo y la recurrencia del cáncer, dice la investigadora principal del estudio, Xiyuan Zhang.

"También inhibe un mecanismo llamado autofagia que permitiría a las células cancerosas sobrevivir, lo que explica por qué ayuda al trabajo con tamoxifeno", plantea Zhang, miembro del laboratorio de Hilakivi-Clarke, cuando se llevó a cabo este estudio. Actualmente es investigadora postdoctoral en los Institutos Nacionales de Salud.

Estudios previos en mujeres no muestran evidencia de efectos adversos de la ingesta de soja en el resultado del cáncer de mama, dicen los investigadores, agregando que la investigación también ha demostrado que las mujeres asiáticas y caucásicas que consumen tan poco como 1/3 de taza de leche de soja diariamente (10 mg. de isoflavonas) tenían el menor riesgo de recurrencia del cáncer de mama.

Los estudios en animales sugieren que es una historia diferente cuando el consumo de soja comienza después del desarrollo del cáncer de mama.

Comenzar a consumir genisteína en una dieta después de que el cáncer de mama se desarrolla en los animales no desencadenó una respuesta inmune antitumoral para eliminar las células cancerosas, comenta Zhang. "No sabemos aún por qué esto hizo que los animales resistentes a los efectos beneficiosos del tamoxifeno y el aumento del riesgo de recurrencia del cáncer", continuó.

Los animales que consumían genisteína como adultos tuvieron un 7% de posibilidades de recurrencia del cáncer de mama después del tratamiento con tamoxifeno, en comparación con un 33% de recurrencia con ratas expuestas a la genisteína sólo después de desarrollar cáncer de mama.

"Hemos resuelto el rompecabezas de la genisteína y el cáncer de mama en nuestro modelo de rata, lo que explica perfectamente la paradoja observada en anteriores estudios en animales y pacientes", señala Hilakivi-Clarke. "Aunque muchos oncólogos aconsejan a sus pacientes no tomar suplementos de isoflavona o consumir alimentos de soja, nuestros resultados sugieren un mensaje más matizado, si estos resultados son válidos para las mujeres. Nuestros resultados sugieren que los pacientes con cáncer de mama deben seguir consumiendo alimentos de soya después del diagnóstico, pero no empezar si no han consumido genisteína anteriormente".

Comentarios