Depresión adolescente: expertos advierten sobre el peligro del aislamiento

Martes, 14/03/2017

Según los especialistas, los padres tienden a minimizar la angustia de los jóvenes y hay casos en que aún con tres intentos de suicidio de sus hijos no consultan.

El Observador. Angustia, aislamiento y agresividad. Estos son los principales síntomas de depresión en los adolescentes y se manifiestan con mayor frecuencia entre los 15 y los 17 años. Si bien esta etapa de la vida se caracteriza por la crisis que desatan los cambios –no solo a nivel corporal, también es el momento en el que se termina de construir la personalidad–, según los expertos los adultos no deben relativizar qué sienten los jóvenes y cómo lo expresan. "A veces los grandes tendemos a minimizar los motivos de dolor de los chicos, pero en realidad los motivos para ellos en ese momento son lo más importante", dijo a El Observador la médica especialista en adolescencia Laura Batalla.

La depresión en los jóvenes tiene diferencias con respecto a la de la adultez. En estos casos, las conductas típicas de la edad se exacerban, ya que hay una "fina línea" –explicó Batalla– entre los comportamientos esperables de los adolescentes y los cuadros de depresión. "La tendencia al aislamiento es una característica típica, el querer encerrarse en el cuarto, preferir estar solo que con la familia. Pero cuando eso empieza a actuar en detrimento de otras actividades que también son normales de los jóvenes, como es el salir en grupo, hay que prestar atención", señaló la especialista.

Además, hay que tener especial cuidado con las autolesiones, como los cortes en los brazos. Batalla explicó que los adultos muchas veces tienden a relativizarlos, creen que son llamados de atención, pero esta conducta es uno de los síntomas del cuadro depresivo.

"Yo he visto adolescentes que han hecho tres intentos de autoeliminación y la familia nunca consultó", agregó.

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, la tasa de autoeliminaciones de 2015 (último año contabilizado) fue de 15 jóvenes cada 100 mil. Por lo tanto, se suicidaron en el país 96 personas de entre 10 y 24 años (el grupo etario que toma la Organización Mundial de la Salud). En todo el país hubo ese año 643 autoeliminaciones, lo que significa que el 15% de los suicidios fue entre niños y jóvenes.

Los motivos

"Hemos visto casos de suicidios en la infancia por repeticiones, en la adolescencia por perder un examen y en la juventud por reprobar un concurso", dijo a la prensa meses atrás la ministra de Educación, María Julia Muñoz.

El fracaso académico es uno de los principales detonantes de depresión en adolescentes. La exprofesora grado cinco en psiquiatría pediátrica Laura Viola dijo a El Observador que no se trata solo de la presión que puedan ejercer los padres, sino también lo que los propios jóvenes se exigen a sí mismos. "Yo sé que no estoy pudiendo hacerlo, entonces eso una vez, dos veces, tres veces, hace que uno no se sienta seguro de uno mismo", agregó.

Por otra parte, el consumo de sustancias también se vincula a los trastornos del humor, ya que puede desencadenar síntomas característicos. La marihuana, por ejemplo, produce un estado de desidia llamado síndrome amotivacional. "Este es uno de los síntomas que puede acompañar la depresión en los adolescentes: que no tenga ganas de hacer nada, que no tenga proyectos", explicó Batalla.

15 jóvenes cada 100.000 es la tasa de suicidio adolescente en Uruguay, según datos de 2015. Es una de las más altas de la región.

Asimismo, los trastornos alimentarios son signos de depresión. "A veces se hace el diagnóstico del trastorno y en realidad es un síntoma del cuadro depresivo", afirmó Batalla. En ese sentido, Viola sostuvo que hay una tendencia a la "homogeneización" en los jóvenes, por lo que todo aquel que sea diferente –tenga sobrepeso, por ejemplo– es pasible de desarrollar una depresión.

Tampoco hay que perder de vista la genética del joven o su entorno. El presidente de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, Rafael Sibils, dijo a El Observador que "uno de los elementos de riesgo es que haya depresión en la familia, aunque no es determinante". La separación de los padres, las discusiones en la familia, una muerte cercana, un traslado al exterior y los cambios repentinos pueden desencadenar trastornos del humor. Además, las rupturas amorosas y los conflictos con su grupo de amigos también se vinculan.

El bullying

Batalla consideró que el hostigamiento en las instituciones educativas llegó en los últimos años a niveles "grotescos". La especialista hizo hincapié en el rol de las redes sociales en el acoso estudiantil, ya que como se perdieron los límites entre lo virtual y lo real, el bullying persigue al adolescente incluso fuera del salón de clase. "Es el acoso, más la filmación del acoso, más la exposición, más la viralización. Se agiganta la humillación", explicó.

Además, la especialista afirmó que las instituciones educativas están haciendo esfuerzos por erradicar el acoso, si bien "no son suficientes. Ahora están buscando apoyo los liceos, están buscando ayuda, porque hubo un momento en que realmente se estuvo escapando de las manos", agregó. Según Batalla, hace cinco años se vivió "el peor momento".

 Por su parte, Viola señaló que el hostigamiento escolar siempre existió, ya que en todas las clases había un niño en el que "todo el mundo ponía más defectos de los que el niño realmente tenía". De todos modos, la psiquiatra explicó que la "impunidad" del anonimato del bullying cibernécito es lo que hace la diferencia.

"Hay tres actores: el hostigado, el que hostiga y todos aquellos que se quedaron calladitos sin hacer nada", señaló. Por lo tanto, la especialista consideró que el tratamiento debe ser integral y se debe atender a todos.

La consulta

Sibils sostuvo que la aproximación del profesional tiene que ser distinta cuando se trata de un adolescente, ya que a ellos les cuesta más expresarse que a los adultos. "Hay que ganarse su confianza, que no se sienta juzgado, invadido, que haya privacidad", afirmó.

Los motivos de consulta son variados, según explicaron los especialistas, ya que hay padres que detectan de forma temprana que sus hijos necesitan ayuda y hay otros que esperan a que el adolescente entre en un cuadro crítico. Por otra parte, hay jóvenes que se dan cuenta de que no se sienten bien y consultan por su cuenta.

"Como los adolescentes deben de tener el carné de salud para el liceo, hay una tendencia a consultar más que antes", señaló Batalla. En esa instancia, los profesionales buscan los signos precoces de la depresión –dificultad para hacer amigos, imposibilidad de manejar conflictos sencillos– y los derivan con otro especialista de ser necesario.

De todos modos, Viola hizo hincapié en que la depresión no es un estado natural de la adolescencia.

"Mucha gente piensa que es normal que los adolescentes se depriman, no, no es esperable", sostuvo. En ese sentido, afirmó que el rol de la familia es muy importante, ya que la contención que le brinden al joven tendrá relación con la manera en la que pueda resolver los conflictos que le generen angustia.

De hecho, la psiquiatra destacó que los padres también deben recibir ayuda en esas circunstancias, ya que "es mucho el dolor" de la familia cuando asume que el adolescente entró en un cuadro de depresión. "Cuando los padres llevan a su hijo al psiquiatra lo llevan pensando que ellos no hicieron algo bien", afirmó.

Los fármacos

No todos los adolescentes que consultan por trastornos del humor reciben fármacos, ya que los especialistas realizan una evaluación exhaustiva antes de recetarlos. De hecho, el hipotiroidismo subclínico está vinculado a cuadros de depresión y se trata con hormona tiroidea, no con psicofármacos.

"Hay una especie de mito de que ir al psiquiatra es igual a medicación", señaló Batalla. La especialista explicó que "muchas veces es imprescindible" recetar fármacos para que el joven pueda salir de ese estado crítico, pero eso no significa que va a depender de los medicamentos. "Los adolescentes que mejor evolucionan son los que tienen tratamiento farmacológico, psicoterapia y abordaje familiar", afirmó.

Depresión no es lo mismo que tristeza

La médica especialista en adolescentes, Laura Batalla, sostuvo que los grandes cambios en la vida de los jóvenes son los momentos en los que hay que estar más alerta. "El pasaje de la escuela al liceo y del liceo a la universidad pueden ser propensos a generar un estado depresivo", explicó. Sin embargo, instó a no confundir la tristeza con la depresión, ya que la primera es un estado natural del ser humano. En ese sentido, el presidente de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, Rafael Sibils, afirmó que si bien la angustia y los trastornos del humor pueden tener características en común, no son lo mismo. "La tristeza tiene una causa lógica, pero la depresión excede muchas veces la causa que la generó y está instalada de una manera mucho más profunda", agregó. Si bien la adolescencia es una etapa que se caracteriza por los cambios de humor, Sibils destacó la importancia de diagnosticar la depresión a tiempo, ya que es la principal causa de suicidio consumado.

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