El lío de los talcos de Johnson & Johnson

Jueves, 12/05/2016

Un nuevo caso pone a la multinacional en el ojo del huracán. Tendrá que pagar millonarias sumas a pacientes que acusan a su producto de ser tóxico.

Jesús Mesa, El Espectador. Este mes, la empresa de productos de salud y cuidado personal más grande del mundo, Johnson & Johnson (J&J), fue condenada por segunda vez a pagar una millonaria indemnización a una mujer que, luego de usar uno de sus talcos por años, contrajo cáncer en los ovarios

En el 2011, la estadounidense Gloria Ristesund, de 62 años, fue diagnosticada con este tipo de cáncer, y luego de distintas maromas médicas y legales logró demostrar que los culpables de haberle provocado la enfermedad eran los productos de higiene íntima de J&J que había usado en sus genitales durante décadas.

Para la empresa, esta indemnización, que en este caso asciende a una suma cercana a los US$ 55 millones, se convierte en la segunda derrota judicial que termina con un pago millonario. La anterior y más conocida fue la de Jackie Fox, de Alabama, quien murió el año pasado a los 62 años también por haber contraído cáncer de ovarios, y fue la primera en denunciar la posible relación entre los talcos y la enfermedad.

En el caso de Fox, al igual que en el de Ristesund, el jurado determinó que la empresa conocía los riesgos del producto, pero se guardó esa información y no avisó a sus consumidores. Esto le significó a J&J una condena en la que fue obligada a pagar cerca de US$ 10 millones por daños personales y otros US$ 62 millones por daños punitivos tras el fallecimiento de la paciente.

Johnson & Johnson se defiende

A pesar de las dos derrotas que ha sufrido en los estrados judiciales, Johnson & Johnson insiste en que la relación entre el talco y el cáncer de ovarios aún no ha sido probada científicamente.

La empresa citó investigaciones de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que evalúa la seguridad de los productos, y el Instituto Nacional contra el Cáncer de ese país, para sustentar que los riesgos nunca se han probado.

Sin embargo, los resultados aún no son del todo concluyentes. Por un lado hay organizaciones como la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, que clasifican al talco utilizado sobre la zona genital como “posible carcinógeno”.

Pero por otro lado, organizaciones como Cancer Research, en el Reino Unido, apoyan la teoría de J&J, pues afirman que el vínculo entre el uso del talco y el cáncer de ovarios es “todavía incierto”.

En medio del debate, la Sociedad Estadounidense de Cáncer recomienda que quienes estén preocupados por el caso limiten el uso de los talcos y sugieren reemplazarlos por “productos a base de almidón de maíz”.

Hoy, y luego de las millonarias sumas que tuvo que desembolsar, J&J se enfrenta a unas 1.200 demandas, por lo que se ha planteado evitar la confrontación en los juzgados y llegar a un acuerdo económico con los afectados.

Comentarios