FDA alerta de paciente que habría fallecido tras un trasplante fecal
Los trasplantes de popó no son una idea que suene muy atractiva. Sin embargo, desde que se empezaron a estudiar hace unos años comprobando beneficios, sobre todo para tratar una infección causada por la bacteria Clostridium difficile, muchas veces mortal, en la ciencia se ha despertado un interés por este potencial tratamiento.
El problema es que la “gloria” que venía acompañando a los trasplantes fecales acaba de enfrentarse a su primer obstáculo. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), dos pacientes que se hicieron este procedimiento contrajeron una infección severa, pues el material que les trasplantaron habría contenido bacterias resistentes a los antibióticos. Uno de ellos, explica el New York Times, incluso murió.
Como medida preventiva la FDA ordenó suspender varios ensayos clínicos hasta que los investigadores demuestren que tienen a la mano procedimientos eficientes para asegurarse que las heces donadas no son peligrosas.
La Administración también explicó que, en ambos casos, las heces venían del mismo donante y que, en el momento del trasplante, el sistema inmunitario de los pacientes ya estaba comprometido. Sin embargo, no se ha señalado, por ahora, por qué razón, entonces, les hicieron el trasplante de popó, quién les hizo este procedimiento o dónde ocurrieron los casos, según comenta The New York Times.
Igualmente, el informe de la FDA no indica “si el material fecal se administró en forma líquida, como una infusión en el tracto digestivo, o si se ingirió en forma de píldora”.
Lo que sí se sabe es que, tras reportar los dos casos problemáticos, a las heces del donante se les hizo un análisis y se encontró que tenían las mismas bacterias por las que estaban enfermos los pacientes y por las que les hicieron el trasplante de heces. Específicamente encontraron una enzima que se conoce como betalactamasa de espectro extendido, que es producida por la C. difficile y es, precisamente, la que genera resistencia a los antibióticos. Esto, por su puesto, llevó a pensar a la FDA que las heces donadas no fueron estudiadas previamente para garantizar que estuvieran sanas.
La ciencia detrás de los trasplantes de popó en realidad no es muy compleja. Literalmente, lo que se hace es poner materia fecal sana, con toda su microbiota, a el intestino de una persona cuyo balance del microbioma no es el adecuado. Este simple procedimiento, de hecho, ha sido rápido y efectivo para sanar personas que han estado a punto de morir como consecuencia de una diarrea crónica producida por la C. difficile. Pero el procedimiento, hasta el momento, no ha sido aprobado por la FDA y se considera un tratamiento experimental.
Ante las dudas que levanta la muerte de un paciente por, presuntamente, recibir heces contaminadas, que tenían el mismo problema que se estaba tratando de sanar, la FDA emitió el llamado de alerta. Allí le pide a los investigadores que examinen minuciosamente las heces que son donadas para los ensayos clínicos, así como advierten a las personas que se trata de un “procedimiento que puede ser riesgoso, no está aprobado por la agencia y debe usarse solo como último recurso cuando la C. difficile no responde a los tratamientos estándar”.
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