Argentina: Maternidad Sardá aplica células madre a recién nacidos
El Hospital Materno Infantil “Ramón Sardá junto con el Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical del Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. "Prof. Dr. Juan P. Garrahan" de la Ciudad de Buenos Aires se encuentran trabajando en el protocolo ENCEL, destinado a tratar a recién nacidos que padecen encefalopatía hipóxico isquémica (EHI), o falta de oxigenación en el recién nacido.
En diálogo con Télam, el doctor Claudio Solana, Jefe de Neonatología de la Maternidad Ramón Sardá, explicó en qué consiste este protocolo utilizado en recién nacidos, en el marco del mes de concientización de la encefalopatía hipóxico isquémica (EHI).
“ENCEL, es un nombre de fantasía -indica Solana- de un protocolo que es para determinar la seguridad y factibilidad del uso de células de sangre de cordón autólogas en pacientes con encefalopotía hipóxico isquémica, es decir, lo que se conoce como la asfixia al nacer, se trata de un cuadro donde el cerebro y otros órganos sufren de falta de oxígeno en sangre.”
El equipo de investigación está integrado por la doctora Nora Balanián de la Maternidad Ramón Sardá y por el Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical del Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. "Prof. Dr. Juan P. Garrahan" , la doctora Silvina Kuperman y la bióloga Cecilia Gamba.
La falta de oxígeno en los recién nacidos puede generar lesiones neurológicas leves, moderadas y severas, en estas últimas una de las secuelas es la parálisis cerebral, una enfermedad invalidante y con riesgo de vida para el paciente.
nterrogado por las causas que llevan a un recién nacido a padecer este tipo de cuadro, el doctor Solana explicó: “Los cuadros maternos como hipertensiones arteriales severas durante el embarazo, denominadas preeclamsia o eclampsia, también problemas de la placenta por un desprendimiento anticipado, una ruptura uterina, contracciones muy intensas, circulares de cordón alrededor del cuello muy ajustadas”.
Solana agrega: “Hay muchos cuadros que pueden conducir a la falta de oxigenación y sangre al cerebro y a otros órganos, porque no es solo una encefalopatía, también es un proceso de asfixia en diversos órganos”.
“El momento más frecuente de la falta de oxigenación es durante el trabajo de parto y el nacimiento, puede suceder antes, pero lo frecuente es en el trabajo de parto, en las contracciones y cuando se produce el nacimiento”, explica el médico.
Hasta no hace mucho años estos cuadros de asfixia solo eran tratados a través de la reanimación inmediata del recién nacido.
En el año 2010 dos centros de salud de Argentina, El Hospital Fernández y la Maternidad Sardá incorporan un tratamiento novedoso para estas patologías, la hipotermia. “En la actualidad, dice el doctor Solana, es el único método efectivo comprobado que reduce el riesgo de lesiones neurológicas severas, consistente en mantener al niño en frío durante 72 horas, estos reduce significativamente los riesgos, pero no los elimina”, enfatiza Solana.
El profesional explicó que “con el avance del conocimiento, comenzaron a probarse otras terapias, además de la hipotermia, combinadas con esta, y entre ellas llegamos a ENCEL, -investigación que surge en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, Estados Unidos- este protocolo implica recuperar células precursoras o lo que conocemos como 'células madre' de la sangre de la placenta y cordón del mismo bebé, -denominadas autólogas- en el momento del nacimiento de un niño que pudo haber sufrido asfixia. Una vez obtenida la sangre en el momento del nacimiento se procesa en el banco de sangre de cordón ”.
La celeridad de la actuación de los equipos médicos es uno de los factores clave para el tratamiento, indica Solana: “En el caso de que el paciente tenga signos de encefalopatía hipóxica isquémica que justifique el uso de hipotermia, porque las indicaciones son las mismas, si entra en ese tratamiento le administramos además estas células madre, se usan hasta 4 dosis en las primeras 72 horas”, destaca.
“El objetivo de esto , resalta el doctor Solana, es no solo reducir el impacto inicial sino favorecer la reparación neuronal, es decir, lo que hace la sangre administrada en ese momento, se logra modular por ejemplo, la respuesta inflamatoria y la respuesta inmune del bebé para que haya menos presión alrededor de la lesión inicial, para evitar que esta se expanda y secundariamente que algunas células aniden en la zona de daño y se transformen en nuevas neuronas que van a producir redes neuronales. Tiene un doble aspecto, reducir la expansión del daño y favorecer la reparación neuronal”.
Se debe destacar que las células que murieron en el momento de la asfixia, no se recuperan.
El estudio que se está haciendo es de seguridad y factibilidad, “ya en animales está probado y es seguro, dice el doctor Solana, pero se debe ver en humanos si es seguro, que no hay reacciones adversas, que no las debiera haber porque es sangre propia”, subraya . Al día de hoy son 8 los pacientes tratados con este protocolo en la Maternidad Sardá y los mayores tienen 3 años. Están bajo un seguimiento clínico, de desarrollo y neurológico para ir viendo la evolución. Pero al no ser un estudio de efectividad, no hay un grupo control, el grupo es histórico, no es un grupo concomitante.
El doctor Solana hace hincapié en “no crear falsas expectativas de que es un estudio que está demostrando ser efectivo, porque no se está comparando con un grupo control, de todas formas este estudio está aprobado por el INCUCAI y por los comité de ética en investigación de la Maternidad Sardá y del Hospital Garrahan y cuenta con el apoyo y financiación de la Fundación Delfina Baratelli, es un protocolo serio”, concluyó el doctor Solana.
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