Los chips podrían reemplazar a las drogas
Para experimentar estados alterados sería suficiente implantarse un microprocesador.
Dinero en Imagen (Excélsior). La industria de las drogas tanto legales como ilegales podría sufrir un cambio radical debido al uso de la tecnología, ya que sustancias como la cocaína, la mariguana o el Válium serían reemplazadas por un simple chip.
La idea es que éste pueda enviar las señales neuronales correctas para provocar efectos como excitación, euforia, distorsión de la realidad e incluso alucinaciones.
Para Dmitry Bestuzhev, director del Equipo de Investigación y Análisis para Kaspersky Lab América Latina, esta tecnología puede cambiar el mercado de los estupefacientes en los próximos 20 o 30 años, ya que la manipulación del cerebro es un proceso muy complejo.
Recordó el caso de la heroína, uno de los narcóticos más fuertes y adictivos que existen, que fue creada por los laboratorios Bayer inicialmente como un tratamiento contra la tos y cuya comercialización se detuvo al ver sus efectos nocivos.
Bestuzhev consideró que esto mismo puede pasar con los chips para estimular el cerebro, porque pueden iniciar como una idea para ayudar a aliviar un padecimiento y después desviarse hasta simular los efectos de drogas.
A ello se añaden otros problemas o riesgos, como el hecho de que las personas usen estos chips con plena conciencia y consentimiento, que no exista una reglamentación y que al tratarse de equipos electrónicos son vulnerables a un hackeo.
El ejemplo
Siguiendo la teoría anterior, ya existe un producto que busca manipular o influenciar en las ondas cerebrales a través de un chip y una aplicación para dispositivos móviles, llamado Thync.
Es un equipo con forma de parche que se adhiere en la frente y trabaja junto con una aplicación que se encarga de enviar señales neuronales para emitir sensaciones de calma, mejorar los estados de ánimo o evitar que el usuario se quede dormido.
Sus creadores indican que el equipo se basa en estudios realizados por catedráticos de Stanford y Harvard, puede usarse por un lapso de 30 minutos a una hora y hasta el momento no se han detectado efectos secundarios u otros métodos de uso.
“Básicamente en este momento estamos viendo nuevos procesos, no documentados y no reglamentados”, advirtió Bestuzhev.
Los internables
Existen otras soluciones que requieren implantar un chip o sensor en el organismo y cada día serán más las personas dispuestas a participar en esto, agregó la directora de Ericsson ConsumerLab en Latinoamérica, Diana Moya.
Ella llama internables a los sensores o chips que se implantan en el cuerpo para potenciar habilidades como la visión o la memoria, así como para medir los signos vitales y evitar enfermedades.
Moya aseguró que, de acuerdo a una encuesta, 91 por ciento de consumidores en la Ciudad de México estarían dispuestos a usar ese tipo de tecnología y esperan que haya soluciones comerciales dentro de tres años.
“Al ser dispositivos dentro del organismo, deberán contar con más de seguridad y las redes que se usen para enviar la información deberán ser de datos críticos como las 5G”, recomendó.
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