Los próximos biosimilares de Amgen que vienen a América Latina
Amgen, una de las principales biotecnológicas farmacéuticas, dejó de centrarse exclusivamente en productos innovadores y ya está muy adelantada para sacar sus primeros biosimilares, es decir, las réplicas de biotecnológicos.
El próximo año ya vislumbra estar lanzando biosimilares emblemáticos para cáncer: el de Herceptin (trastuzumab), para cáncer de mama y el de Avastin (bevacizumab), usado en cáncer de colon y recto, y para inhibir vascularización de tumores. Arrancará en Europa, donde vencen en el 2018 los innovadores de éstos, y entre el 2019 y 2020 planea lanzarlos en México, junto con otros mercados de América Latina (AL) como Colombia, Brasil y Argentina. También trae en camino otro biosimilar para inflamación y uno más que tiene en la mira para la región es adalimumab (Humira) para artritis reumatoide y otros padecimientos del sistema inmune.
En total serán nueve biosimilares que la biofarmacéutica estadounidense prevé sacar al mercado en cuestión de ocho años.
Herb Riband, su vicepresidente de política internacional y asuntos públicos, nos comenta que conforme avanza en su proceso, Amgen ha ido confirmando que no es sencillo producir biosimilares. Con todo y su experiencia en complejos biotecnológicos, fabricar productos biosimilares de alta calidad es un gran reto, sobre todo, si se trata de lograr un nivel de similaridad muy estricto.
Ahora que estuvo en México para asistir a la Cumbre Mundial de Cáncer, Riband nos compartió que otro desafío es asegurar suficiente suministro para cada sistema de salud donde se inserta un nuevo biosimilar, y ello implica invertir para cubrirse bien con suficiente back off, incluso ante casos de desastre como los sucedidos con los sismos y huracanes de la última temporada.
El esquema de salud basada en valor es algo que Amgen está buscando aplicar en esta región, en la cual están creciendo significativamente, principalmente en México, al cual ubican como un mercado fundamental. Para ello participan en el grupo de trabajo conformado con el gobierno y la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), donde sí están vislumbrando apertura de parte de algunas instituciones de salud, específicamente del IMSS, que lleva Mikel Arriola y de la Secretaría de Salud con el Seguro Popular.
El punto en este aspecto es lograr la medición de resultados en el paciente, bajo contratos con los cuales sea posible manejar las incertidumbres. Riband es un elemento que puede aportar mucho en los cómos, pues su experiencia sobre pago por resultados en Europa ha sido crucial para la aplicación del concepto de pago por resultados de Amgen en países del viejo continente. Se trata, nos dice, de cambiar la lógica y en vez de medir el costo de los insumos, medir los indicadores de los pacientes más obvios, de qué tanto están controlados y cómo van respondiendo. Aquí el punto es que la industria por supuesto que quiere estar presente en la medición de resultados y tener claridad sobre cómo se mide; es donde están atorados. Pero el directivo de Amgen confía en que en el 2018 ya habrá algún avance que será algo muy favorable para el acceso de la innovación en medicamentos en México. Donde Amgen ve más posibilidades de lograrlo es en cáncer, enfermedad cardiovascular y osteoporosis.
En esos mismos portafolios prevé elevar sus inversiones para investigación clínica esta compañía norteamericana que tiene 18.000 empleados en 100 países y que prevé cerrar el 2017 con ventas por US$ 22.000 millones.
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