El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel global – con un estimado de casos nuevos incrementando de 14,1 millones en el 2012 a 21,6 millones en el 2030. La enfermedad ya no es solo un tema de salud, sino también un problema socioeconómico que debería ser tomado en serio por los líderes políticos. En el 2010, el costo total anual del cáncer se estimó en US$ 1,16 billones, causando catástrofes financieras para muchos países y familias en todo el mundo.

Las cifras son grandes, y siguen creciendo a un ritmo tan rápido que es necesario impulsar alianzas, o esfuerzos transdisciplinarios, entre gobiernos, organizaciones sin fines de lucro, el sector privado, instituciones académicas y fundaciones filantrópicas para lograr una aproximación al cáncer más integrada.

La investigación tradicional no es suficiente para entender y abordar los desafíos de esta condición. En nuestra región Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica y Perú, han trabajado con la Organización Mundial de la Salud para entender los factores sociales, ambientales, conductuales y biológicos involucrados con el cáncer. En mayo del 2017, se unieron en la 70^a Asamblea Mundial de la Salud para proponer una resolución y comprometerse a enfatizar en la prevención y el control del cáncer en el contexto de un enfoque integrado. Grandes esfuerzos se enfocan en reducir el número de muertes y en mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer, implementando estrategias para la prevención y el control en diferentes etapas bajo un enfoque integrado: la prevención, la detección temprana, el tratamiento y el cuidado paliativo.

Los países con ingreso medio o bajo, enfrentan un desafío mayor con respecto a la detección temprana: ellos alcanzan el 75% de muertes relacionadas al cáncer en el mundo. El diagnóstico tardío de la condición se relaciona directamente con bajas tasas de supervivencia y grandes gastos relacionados al tratamiento. Estos países necesitan enfrentar las barreras de acceso al cuidado de la salud, seguro efectivo, asequible y de calidad, que pueda fortalecer los sistemas de salud para asegurar un diagnóstico temprano, construyendo fuerzas laborales calificadas y competentes, educando a la población para que esté al tanto de los signos y síntomas de los diferentes tipos de cáncer y realizando exámenes nacionales para detectar lesiones precancerosas.

La condición en una etapa temprana tiene el potencial más alto para ser curada, pero ¿qué ocurre cuando se detecta en una etapa más avanzada? En esos casos, los pacientes deben ser provistos con un cuidado de alta calidad accesible y asequible, y en una manera integrada, con la creación de programas públicos para reducir los retrasos y las barreras del tratamiento que permitan mejorar los resultados.

Por último, el cuidado paliativo y los métodos de alivio del dolor son una necesidad humanitaria principalmente en los países latinoamericanos, donde una proporción más grande de pacientes está en las etapas avanzadas del cáncer y hay poca probabilidad de curarse. Los gobiernos deberían facilitar tratamientos y productos farmacéuticos para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

Novartis, como empresa farmacéutica, está alineada con este pensamiento que empodera enfoques transdisciplinarios para enfrentar los desafíos del cáncer alrededor del mundo. Nuestra estrategia de investigación busca incrementar la colaboración a través de los límites científicos y organizacionales tradicionales, y enfocarse en nuevas tecnologías que tienen el potencial de producir avances terapéuticos. La meta final es mejorar la calidad de vida no solo para un individuo, sino para toda la población a largo plazo.