Paciente logra vivir 17 meses gracias a un corazón portátil externo

Lunes, 13/06/2016

Stan Larkin, quien adolecía de cardiomiopatía, ha sobrevivido 17 meses sin corazón gracias a la Syncardia Freedom Portable Driver, una mochila sustitutiva que le ha mantenido vivo hasta que por fin le ha llegado el transplante.

Blog ThinkBig. Aunque resulte impactante, se puede vivir sin corazón. O al menos sin el corazón en su sitio original, tratando al cuerpo de manera casi modular. Es la experiencia que durante 17 meses le tocó vivir a Stan Larkin, que pudo suplir el órgano mediante una mochila creada por la Universidad de Michigan conectada a su sistema cardiovascular.

El origen de todo se encuentra en noviembre de 2014, cuando apareció la cardiomiopatía, una insuficiencia degenerativa que, de manera gradual e irreversible, merma las capacidades del corazón hasta que el final trágico llega a los pacientes si médicamente no se obra el milagro del transplante. La situación a la que ha logrado sobrevivir Stan muestra cómo en el futuro se pueden salvar, o al menos prorrogar, cientos de vidas que estén a la espera de órganos vitales o de, simplemente, soluciones así para salir adelante.

El problema del caso ha sido la larga espera que Stan Larkin ha tenido que hacer hasta que finalmente han podido realizárselo. Nunca es un proceso fácil: el paciente tiene que esperar a un órgano compatible con su cuerpo y, por desgracia, el desgaste que se produce en el cuerpo de los pacientes suele ser muy elevado. En este caso, los avances médicos de la mochila Syncardia Freedom Portable Driver han salvado literalmente la vida a una persona.

En Estados Unidos mueren 22 personas cada día por carencia de órganos para transplante. El hermano de Stan, que adoleció de los mismos problemas y utilizó el mismo método, sí logró, por suerte, encontrar solución mucho antes y pudo recibir un transplante. La mochila, de unos 6 kilogramos, utiliza un compresor para hacer que la sangre alcance todo el cuerpo en casos de insuficiencia cardíaca total. Su aplicación ha sido tan efectiva que Stan ha podido continuar haciendo sin problemas lo que más le gusta: jugar al baloncesto.

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