¿Quiere estar más sano? Apague la luz
Según un estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leiden, la iluminación artificial interrumpe ciclos básicos del cuerpo con consecuencias negativas para la salud.
Cluster Salud. Toda persona con acceso a electricidad, al llegar a su casa de noche enciende la luz. Es una necesidad y un hábito. Un acto sencillo y que con el tiempo resulta automático. Nos permite seguir realizando actividades durante la noche sin inconvenientes, pero también podría estar enfermándonos. Contrario a lo que podría pensar, no es un problema de radiación, ni de calor: es la luz misma. Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Leiden, la exposición constante a luz artificial interrumpe los ciclos vitales básicos del cuerpo.
En el estudio, publicado en la revista Current Biology, un equipo de investigadores demostró que la ausencia de los ritmos ambientales naturales lleva a alterar de manera grave una amplia gama de parámetros de la salud. La exposición constante a la luz artificial tendría efectos similares a la debilitación propia de la vejez. Dentro de los parámetros que se ven afectados se encuentra la inflamación del sistema inmune, la pérdida de la musculatura y los signos tempranos de la osteoporosis.
Johanna Meijer, Eliane Lucassen y otros investigadores expusieron ratones a luz todo el día, durante 24 semanas, mientras medían diferentes parámetros de salud. El monitoreo de los animales demostró que la exposición a la luz constante reduce 70% los patrones rítmicos normales en el centro de marcapasos circadiano del núcleo supraquiasmático del cerebro, un efecto complejo que tuvo repercusiones mucho más tangibles: reducción de la función músculo-esquelética de los animales en las pruebas de fuerza. Además, encontraron deterioro en los huesos de los ratones y su sistema inmune entró en un estado proinflamatorio, que normalmente sólo se ve frente a agentes patógenos y otro tipo de estímulos nocivos para el organismo.
Pero no todo son malas noticias. El estudio también demostró que los efectos negativos sobre la salud pueden ser revertidos con facilidad de una manera simple: apagando la luz. Una vez que se restablece el ciclo natural de luz y oscuridad del medio ambiente, los efectos retroceden. Una vez que los ratones volvieron a los ciclos naturales, las neuronas afectadas recuperaron rápidamente su ritmo normal. Aún más: los problemas de salud de los animales se revirtieron.
Según los resultados del estudio debería cuidarse la cantidad de tiempo que las personas son expuestas a la luz artificial, sobre todo en los adultos mayores y aquellos que se encuentren en alguna situación de salud delicada.
Meijer resalta que existe evidencia a nivel mundial para creer que el efecto de la alteración del ciclo de luz y oscuridad tiene efectos negativos en el cuerpo, aunque la investigadora reconoce que esto puede no ser tan sorprendente, considerando que la vida evolucionó bajo estos ciclos de día y noche. Por eso los investigadores planean extender la investigación de estos ciclos y los posibles beneficios que podrían encontrarse en los pacientes que los mantienen.
Actualmente, el 75% de la población mundial recibe luz artificial durante la noche y en centros de cuidado como hogares de ancianos y Unidades de Cuidados Incentivos existe una exposición constante. Si la solución es apagar la luz, hay algunos cambios que se deberían hacer.
Comentarios