Así afectan los malos hábitos a tu salud visual

Jueves, 14/03/2019
Algunos aspectos que pueden desencadenar en una mala visión son el tabaco, la mala alimentación, el consumo de alcohol, el colesterol y el uso excesivo de dispositivos electrónicos.
El Universo

Varios son los aspectos que pueden desencadenar en una mala visión: el tabaco, la mala alimentación, el consumo de alcohol, el colesterol y el uso excesivo de dispositivos electrónicos acentúan los problemas oculares. La especialista optómetra Karla Aguirre identifica malos hábitos que podrían desencadenar algunos problemas.

Cuidado con estas prácticas

El abuso de pantallas electrónicas está en primer lugar. Si se usan de manera permanente y prolongada dispositivos electrónicos, es un buen momento para realizar un examen optométrico. El uso excesivo de dispositivos como smartphone, tableta o laptop puede producir efectos en la visión, como cansancio ocular, miopía y fatiga visual (efecto al disminuir la frecuencia de parpadeo frente a las pantallas).

Mala alimentación. Comer de manera desequilibrada, ingerir alimentos altos en grasas, el consumo excesivo de azúcar o sal puede provocar problemas serios de salud como la hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes. Aunque una parte de estos trastornos tiene un componente genético, una buena alimentación ayuda a controlarlos y evitar que aparezcan. Estas patologías tienen una gran incidencia en la salud visual y afectan a la retina.

Es importante acudir al chequeo visual una vez al año. Aproximadamente 80% de todos los problemas visuales en el mundo son considerados evitables. La mayoría de las personas con problemas visuales pasan de los 50 años.

Colesterol elevado. Los altos niveles de colesterol en la sangre podrían aumentar o acelerar el riesgo de padecer determinadas patologías oculares, al bloquear el flujo sanguíneo de la zona ocular. Del mismo modo que el colesterol se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos del cuerpo, también lo hace en los vasos de los ojos, provocando una disminución de la oxigenación de los tejidos oculares.

El tabaco. Si se empezó a fumar o en su entorno hay personas que consumen tabaco, tiene riesgo de padecer una afección ocular. Enfermedades visuales como las cataratas, el glaucoma o la retinopatía diabética están asociadas a la acción directa que ejercen las sustancias tóxicas del humo en los ojos. El tabaco es uno de los factores relacionados con la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).

El consumo excesivo de alcohol puede causar daños importantes en la visión. Investigaciones recientes señalan que la retina es capaz de metabolizar el alcohol, afectando al epitelio pigmentario de la retina y a los fotorreceptores, y, por lo tanto, a la capacidad visual. Si se juntan el consumo de tabaco y el alcohol, puede aparecer una afección del nervio óptico y de un cuadro conocido como neuropatía alcohólico-tabáquica, que puede llevar a la ceguera.

Pasos para un examen visual

La especialista Aguirre explica que existe un examen optométrico general para verificar si el paciente requiere utilizar lentes o cambiar de medida. Consiste en lo siguiente:

Anamnesis: Investigar antecedentes de enfermedades personales y familiares, el motivo o causa por la que el paciente acude a la consulta.

Cuando existen antecedentes familiares con problemas visuales graves como queratocono, miopías y astigmatismos altos, el control debe realizarse dos o tres veces al año con un oftalmólogo que examine también el fondo de ojo.

Autorrefractor: Se coloca al paciente en un equipo que analiza ciertos parámetros principales para poder realizar la valoración optométrica.

Toma de agudeza visual: Mide la claridad de visión que tiene el paciente o la habilidad del sistema visual para percibir detalles, esto se realiza tanto en visión lejana como en cercana, monocularmente y binocular.

Retinoscopia: Prueba que sirve para determinar la refracción subjetiva del paciente, estos resultados son el punto de partida para un examen subjetivo.

Examen subjetivo: Es una prueba que ayuda a afinar la medida con la que el paciente se sienta más cómodo.

Oftalmoscopia: Se practica como un examen físico de rutina en el que el examinador se acerca al paciente y observa su retina.

Lámpara de hendidura: En este examen se coloca al paciente en un equipo donde se valorarán pestañas, párpados, conjuntiva y el ojo de manera externa.

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