Cáncer de pulmón sigue siendo una gran preocupación en América Latina

Miércoles, 17/10/2018
Este cáncer es la principal o segunda causa de muerte en muchos países. En Ecuador y otras naciones de la región no, “pero viene creciendo”, advierte el doctor Gilberto Lopes, del centro oncológico Sylvester, de la Universidad de Miami. “Allí, la mayoría de los que desarrollan la enfermedad, no fuman”.
El Universo

Las medidas antitabaco han generado satisfacción en Latinoamérica. La mayoría de los países tiene puntajes altos en control de tabaquismo. Pero el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y la atención a los otros factores del cáncer de pulmón, no.

Esa es la inquietud del estudio ‘El cáncer de pulmón en América Latina’, publicado el mes pasado por la Unidad de Inteligencia del semanario londinense The Economist, y presentado durante el encuentro War on Cancer Latam 2018, en Bogotá.

Este cáncer es la principal o segunda causa de muerte en muchos países. En Ecuador y otras naciones de la región no, “pero viene creciendo”, advierte el doctor Gilberto Lopes, del centro oncológico Sylvester, de la Universidad de Miami. “Allí, la mayoría de los que desarrollan la enfermedad, no fuman”.

Una de las posibles causas es el uso de leña y combustibles para cocinar, “pero no lo sabemos con seguridad”, principalmente por la falta de estudios al respecto. Hay que tener en cuenta que en algunas zonas podría haber uranio, que genera gas radón, un contaminante del aire. “Y en las cuencas amazónicas en Brasil y Perú hay arsénico en el agua, y presumiblemente también sucede en Ecuador”.

Diagnóstico tardío es la norma

El diagnóstico de cáncer de pulmón se hace demasiado tarde en América Latina. En Japón, el 58% de los pacientes recibe el diagnóstico en los estadios III o IV. En nuestros países, esa cifra sube al 85%. En México, llega al 99%.

Nuestro país no es diferente, pues “no es rutina el tamizaje o detección precoz”, indica el doctor Lopes. Esto se hace por tomografía computarizada a bajas dosis de radiación y se recomienda a pacientes de más de 55 años que hayan fumado una cajetilla al día por más de 30 años o dos por más de 15 años. “Esto es costoefectivo”, dice, “si se hace en conjunto con orientación para que el paciente deje de fumar”.

Terapias de última generación

“Todavía no sabemos por qué aparece el cáncer de pulmón”, resume el doctor Carlos José Castro, de la Liga Colombiana contra el cáncer. “Pero sí sabemos que no todos los casos son iguales, no tienen el mismo pronóstico y no se tratan de la misma manera. Hace 10 años, el cáncer de pulmón metastásico tenía una sobrevida de 4 meses. Hoy, pasa de los 4 años”.

Con el tamizaje, aporta Lopes, se detecta a pacientes en estadío I y II, quienes tienen 80% de probabilidades de curarse. Pero si Latinoamérica continúa con patrones de detección tardía, todo lo que el tratamiento podrá hacer es ayudar a que los pacientes de estadíos III y IV se sientan mejor y vivan un poco más de tiempo.

En estas etapas se están aplicando el mayor número de innovaciones: quimioterapias, tratamientos dirigidos con blancos moleculares e inmunoterapias. Con las primeras se han logrado efectos secundarios menos agresivos. Pero los avances, dice Lopes, están en las dos últimas.

“Las terapias dirigidas trabajan con blancos moleculares que las células cancerosas tienen y las normales no. Causan menos efectos secundarios. Puede ser pastillas. Y pacientes con mutaciones específicas, los más comunes en países latinoamericanos por la gran cantidad de casos de no fumadores, se benefician de esto”. Son costosos, pero están apareciendo similares.

Sin embargo, la esperanza para la mayoría, asegura el oncólogo, está en la inmunoterapia, que activa el sistema inmunológico, para que los linfocitos T puedan reconocer el cáncer y atacarlo. “Antes, alguien que se diagnosticaba en estadío IV tenía menos del 5% de probabilidades de estar vivo en 5 años. Con los estudios iniciales de inmunoterapia, 15% de los pacientes están vivos después de 5 años”. El costo es un punto por resolver.

Demoras tras diagnóstico

Los avances, entonces, no serían el problema, sino la respuesta de los sistemas de salud, que siguen estando muy por detrás de los privados y tienen dificultades para incluir a los que viven lejos de los centros oncológicos y no pueden movilizarse.

Los retrasos en la atención médica pueden ser sustanciales, especialmente en los sistemas de salud pública. En Argentina, el plazo entre el diagnóstico y la primera terapia en hospitales públicos se estimó en 71 días (33 en hospitales privados). En México es de 4,5 meses.

Los retrasos en la atención médica pueden ser sustanciales, especialmente en los sistemas de salud pública. En Argentina, el plazo entre el diagnóstico y la primera terapia en hospitales públicos se estimó en 71 días (33 en hospitales privados). En México es de 4,5 meses.

“Los servicios de salud son muy pasivos en el área de las adicciones”, opina el doctor Ricardo Pérez Cuevas, director del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto de Salud Pública de México. “Hay muy poca oferta del tratamiento para la adicción del tabaco”. Y luego, cuando hay síntomas, los médicos de atención primaria no están capacitados para identificarlos. “Esto retrasa gradualmente la atención”. Y finalmente, pocos centros tienen la capacidad de diagnosticar con certeza.

Por tanto, afirma Pérez, el usuario del sistema público necesita empoderarse con información correcta, conocer si está en riesgo y buscar la atención.

Hay otro obstáculo entre los pacientes y el tratamiento oportuno, que suma a la alta mortalidad: el estigma. “La sociedad no ve a estos pacientes en una luz positiva”, dice Martin Koehring, editor del estudio de The Economist. Se piensa que es un castigo por fumar. Algunos programas de salud pública no lo cubren. Y se ignora a los pacientes que nunca fumaron.

Según Pérez Cuevas, en este grupo está más del 40%, fumadores pasivos o expuestos a los otros factores de riesgo.

Datos insuficientes

El doctor José Ruales, secretario de Salud del Distrito Metropolitano de Quito, informa que esta ciudad tiene el mayor índice de cáncer de pulmón (y una mortalidad por todos los tipos de cáncer mayor al promedio nacional). Puede deberse, dice, a la densidad de la población, la contaminación del aire, la población que migra y no tiene acceso a servicios básicos.

Estos datos son resultado del tamizaje del programa Salud al Paso. Así se encontró que en algunas parroquias las cifras son más altas que en otras.

A pesar de las campañas educativas para la prevención del consumo del tabaco, no hay acciones para facilitar el acceso de la población a la atención médica y diagnóstico temprano, de cuidar los otros riesgos de cáncer de pulmón, de acciones a nivel comunitario y paliativo, resume Ruales. Hay recursos para el tratamiento, pero no para la prevención y educación. “No se investiga ni se desarrollan nuevos mecanismos”.

El sistema de salud, considera, no ha reaccionado a la epidemiología de enfermedades crónicas. “Se mantiene el modelo de atención de enfermedades agudas. Se dota a miles de unidades de atención rural con los médicos de menor experiencia. Si seguimos con el modelo de hace 40 años, no entendimos que el patrón epidemiológico cambió”.

En ese patrón hay gran número de mujeres. ¿Fumadoras pasivas? ¿Usuarias de combustibles o leña para cocinar? “No tenemos esa información, no hay un estudio nacional. Estamos tratando de mapear el problema en Quito”, señala Ruales, y añade que si bien la enfermedad está en los últimos lugares de prevalencia en Ecuador (800 nuevos casos al año) y la incidencia es baja (6 por cada 100.000 habitantes), no se ha comprendido que, en comparación con otros cánceres, el de pulmón es altamente letal.

El poder de los pacientes y sus familias

No hay un registro específico sobre cáncer de pulmón en la región. Y en general, no hay fondos para investigaciones. La atención paliativa es escasa. Solo Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay tienen la capacidad de prestar estos cuidados; Colombia y México tienen directrices para la rehabilitación pulmonar. En Ecuador, dice Ruales, la mayoría de la oferta paliativa es privada, hay esfuerzos aislados, pero no coordinación nacional.

Wilson Merino, coordinador de la Red Nacional Acuerdo Contra el Cáncer, afirma que si no hay integración médica, farmacéutica, pública y privada, para 2025 el cáncer se convertirá en la primera causa de muerte en el país. Propone que las organizaciones de la sociedad civil busquen hacer impacto en las políticas públicas. Por ejemplo, varias de las propuestas del Acuerdo Contra el Cáncer han sido incorporadas al Código Orgánico de la Salud (COS). El pasado 2 de octubre, la Comisión del Derecho a la Salud de la Asamblea Nacional, aprobó el Libro II del Proyecto de Ley del COS, con un capítulo dedicado al cáncer.

“Nuestra primera meta es que el código tenga sensibilidad humanista e incorpore los conceptos de salud integral, espacio para las organizaciones civiles en el sistema nacional de salud, rendición de cuentas de las instituciones y el enfoque no solo en el paciente sino en su entorno familiar”.

Datos a tener en cuenta

60.000 defunciones por año son el resultado de la enfermedad neoplásica más mortal de América Latina.

Diagnóstico precoz

El tamizaje, para aplicarse, requiere identificar a las personas en riesgo para darles prioridad. Criterios generalizados: cantidad de cigarrillos que se fuma, exposición secundaria al tabaco, exposición a leña en el hogar, al gas radón o al arsénico.

Conozca los síntomas del cáncer de pulmon

Si además de estar expuesto a los riesgos mencionados, usted presenta dificultad respiratoria, tos y pérdida de peso, busque atención médica. A menudo se confunden con neumonía, bronquitis y asma que no tienen respuesta a los tratamientos.

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