Colombia: El desplazamiento forzado muestra efectos en la salud mental

Jueves, 21/12/2017
Según un estudio publicado esta semana por la revista Biomédica, del Instituto Nacional de Salud, hay una alta prevalencia de trastornos mentales y consumo de drogas en población víctima de desplazamiento forzado en Bogotá, Medellín y Buenaventura.
El Espectador

De acuerdo con un estudio del Grupo de Investigación en Salud Mental de la Universidad CES de Medellín, las víctimas de desplazamiento forzado tienen una alta tendencia mayor a sufrir de trastornos mentales y uso de drogas.

Los 5 investigadores tomaron una muestra de 1.206 personas entre los 13 y 65 años, que fueron víctimas de desplazamiento forzado en el marco del conflicto armado, y les preguntaron sobre salud mental y consumo de drogas. Todos los encuestados fueron desplazados de sus territorios por distintos actores (paramilitares, guerrilla) hace menos de 10 años y llegaron a las 3 ciudades con mayor cantidad de víctimas de desplazamiento forzado en Colombia, según la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES): Bogotá, que tiene 25.506 Medellín, con 13.664 y Buenaventura, con 19.792.

De acuerdo con el estudio, publicado esta semana por la revista Biomédica (del Instituto Nacional de Salud), el trastorno mental más común entre la población víctima de desplazamiento forzado es la fobia específica (es decir, miedo a objetos o situaciones puntuales), le sigue la depresión, el estrés postraumático, el trastorno negativista desafiante (que según la Fundación CODAH, es una tendencia hacia la desobediencia o los desafíos), la ansiedad, los trastornos de conducta y el déficit de atención.

Tanto en Bogotá como en Medellín y Buenaventura, los trastornos que prevalecen son las fobias específicas, la depresión y el estrés postraumático.

Uno de los resultados más preocupantes del estudio fue que una quinta parte de la población estudiada (21,25%) manifestó haber pensado en suicidarse alguna vez en su vida. Entre esos, el 38,8% realizó un plan para llevarlo a cabo y el 44,1% intentó suicidarse al menos una vez.

Con respecto al consumo de drogas, el estudio diferenció el uso del abuso de ciertas sustancias. Esta última se refiere a la forma de relación con las drogas en la que, por la cantidad o la frecuencia de consumo, se producen consecuencias negativas para el consumidor.

De acuerdo con el estudio, el alcohol es la principal sustancia de uso (68,7%) seguido por el tabaco y la marihuana. También fue notable el uso de medicamentos para tratar la ansiedad sin haber sido recetados por profesionales de la salud, como las benzodiacepinas y los derivados del opio.

Otro hallazgo interesante fue sobre el trabajo. De acuerdo al informe de los investigadores, “realizar quehaceres del hogar” resultó ser un factor de protección con relación a las personas que trabajan disminuyendo en un 77% la probabilidad de tener un trastorno por uso de drogas.

En ese sentido, y dado que gran parte de las encuestadas mujeres se dedicaban a tareas del hogar, los hombres víctimas de desplazamiento forzado estén 4.38 veces más en riesgo con respecto al consumo de drogas, de modo que si son ellos los que trabajan, son quienes acceden a los ingresos económicos necesarios para acceder a las sustancias. Es importante resaltar que en la mayoría de los casos, las drogas se limitaron al uso, que puede ser esporádico. La dependencia y abuso (que implican mayor frecuencia y cantidad que el uso) fueron bajas en general.  

Otros estudios han advertido sobre la relación entre trastornos de salud mental y desplazamiento forzado. De acuerdo con el Registro Único de Víctimas hay 8.270.812, y 7.325.975 son víctimas de desplazamiento forzado, haciéndolo el hecho más común en el conflicto colombiano, y desde hace unos años, entidades como Médicos sin Fronteras o el Ministerio de Salud (a través del Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral a Víctimas-PAPSIVI) se han ocupado de tratar y registrar el tema.

Solo en 2012, los psicólogos de Médicos Sin Fronteras habían atendido a 4.455 pacientes (74% eran mujeres). Aunque hay estudios recientes en Colombia sobre salud mental, la investigación del CES comparó los datos con los del Estudio Nacional de Salud Mental de 2003, y como era de esperarse, los trastornos mentales y la frecuencia en el uso de drogas resultó más elevada, aunque las afectaciones siguen siendo las mismas: trastorno bipolar, depresión, trastornos afectivos y fobia social.

La investigación reconoce que toma solo a una parte de la población en condicion de desplazamiento y aunque suministra datos para la atención en salud mental y que no puede generalizarse a toda la población.

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