"La crisis en Venezuela es un riesgo de salud pública para América Latina"

Miércoles, 20/03/2019
No solo están resurgiendo enfermedades infecciosas como la malaria, sino que existe el peligro de su propagación a otros países.
Enrique Anarte / Deutsche Welle

Están en juego la democracia y los derechos humanos, pero también la salud pública: la de toda la región. La explosiva coyuntura política que atraviesa Venezuela está lejos de encontrar una solución, pero mientras tanto se ha convertido en un riesgo epidemiológico para otros países de América Latina.

Y ya no es una advertencia. Un estudio publicado por la prestigiosa revista científica The Lancet Infectious Diseases. La crisis venezolana ya está acelerando el resurgimiento de la malaria, el mal de Chagas, el dengue, el zika y otras enfermedades infecciosas peligrosas. El resultado podría ser un retroceso de 20 años en los progresos logrados en salud pública. Para los países del entorno, el peligro es que las epidemias se propaguen más allá de Venezuela. Los investigadores no descartan la posibilidad de una emergencia sanitaria a escala regional.

El médico Martin Llewellyn, de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido, fue quien dirigió este estudio en cooperación con científicos de Brasil, Colombia, Ecuador y la propia Venezuela. "El movimiento transfronterizo de decenas de miles de migrantes que abandonan el país, junto con el colapso de la infraestructura sanitaria venezolana, implica que las enfermedades se están desbordando hacia países vecinos, y también más lejos”, dice a DW, subrayando que "la crisis sanitaria en Venezuela se está convirtiendo rápidamente en una regional”.

El caso de la malaria es el más evidente y, a la vez, el más peligroso por ahora. Tras casi una década (2005-2014) de descenso sostenido de esta enfermedad en Latinoamérica, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lleva tiempo llamando la atención sobre el aumento de casos en países como Brasil, Colombia, Ecuador, México, Nicaragua o Venezuela. Llewelln advierte que la crisis venezolana puede reintroducir la enfermedad vectorial en regiones que habían logrado librarse de ella. Lo mismo con otras que comparten este método de transmisión.

Pero este equipo científico no es el único que advierte de dichos riesgos epidemiológicos. DW contactó a otro investigador independiente, el profesor Alfonso J. Rodríguez-Morales, de la Universidad Tecnológica de Pereira, en Colombia. El académico colombiano confirma que la coyuntura venezolana "es un riesgo de salud pública para América Latina” y lo vincula con un fenómeno migratorio mal gestionado.

Hora de actuar a nivel internacional

Ambos expertos coinciden en la necesidad de una actuación urgente liderada por agencias internacionales como la OPS, la Organización Mundial de la Salud y Naciones Unidas, dado el contexto político actual. Llewellyn insiste en que "la comunidad internacional y las autoridades venezolanas necesitan actuar en conjunto para permitir la entrada de medicinas y otros materiales en Venezuela”.

Son muchos los campos en los que se requiere de acción urgente: escasez de medicamentos contra la malaria y de redes mosquiteras, el establecimiento de controles de los mosquitos o el refuerzo de las instalaciones de los hospitales son algunos de ellos. Otro desafío pendiente, recuerda Rodríguez-Morales, es responder adecuadamente a las necesidades sanitarias de la población migrante, que es especialmente vulnerable.

Los dos expertos señalan, sin embargo, que la situación particularmente difícil en Venezuela no debe permitir pasar por alto los retos que ya experimentan el continente latinoamericano y la región caribeña en materia de salud pública, independientemente del factor venezolano. "Venezuela no es el origen de todos los males”, subraya el investigador colombiano entrevistado, "pero sí es un foco de inestabilidad, de freno al desarrollo y de preocupación sanitaria en la región”.

¿Ha tomado alguno de los actores internacionales involucrados en la resolución de la crisis nota de esta amenaza? DW contactó con el servicio diplomático de la Unión Europea, que le redirigió a un comunicado del pasado 24 de febrero en el se condenaba la escalada de tensiones, pero no se hacía referencia alguna a la cuestión epidemiológica. Por su parte, el Ministerio alemán de Exteriores dijo a DW ser consciente de la problemática y estar en contacto con la OPS y la OMS al respecto.

Llewellyn, mientras tanto, considera imperativo que los gobiernos de la región hagan algo, pues está en juego la salud de sus ciudadanos. "Los países latinoamericanos tienen que reconocer que el problema de Venezuela también es su problema”, recalca. "Las enfermedades no entienden de fronteras”.

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