Reino Unido empezó a aplicar el viernes un impuesto al azúcar en las bebidas gaseosas, una decisión que aumentará los precios de estos productos en momentos en que el país intenta reducir la tasa de obesidad infantil.

El impuesto, anunciado en marzo del 2016, ya causó una disminución de 45 millones de kilos por año en el contenido de azúcar en bebidas, dijo el Tesoro británico, luego de que más de 50 fabricantes cambiaron las fórmulas de sus productos para quedar bajo el nivel de azúcar que activa la carga tributaria.

"Nuestros adolescentes consumen casi una tina de baño en bebidas gaseosas azucaradas en promedio al año, lo que aumenta la preocupación por la tendencia a la obesidad en este país", dijo el ministro de Salud Pública británico, Steve Brine.

"El impuesto a la industria de las gaseosas azucaradas es una política revolucionaria que ayudará a reducir el consumo de azúcar, impulsará el financiamiento de programas deportivos y clubes de desayunos nutritivos para niños", sostuvo.

Con el impuesto en vigor, el Tesoro ahora espera que el impuesto recaude apenas 240 millones de libras (US$ 336 millones) en el primer año, menos de la mitad de su proyección inicial de US$ 520 millones.

Fabricantes de gaseosas como Coca-Cola, Britvic y Lucozade Ribena Suntory han modificado la fórmula de sus productos, aunque Coca-Cola Classic, la bebida de fantasía que más se vende en Reino Unido, quedó sujeta al impuesto.

Las minoristas Tesco, Asda y Morrisons también cambiaron las fórmulas de sus refrescos y aguas saborizadas para quedar bajo el umbral que fija el impuesto.