Sensores de grafeno para ayudar a pacientes con epilepsia
Científicos del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología desarrollan sensores de grafeno, que ayudan en el estudio del sueño y de la epilepsia.
Angela Bernardo, Think Big. “El gran ritmo de crecimiento global se debe a la industria digital”, afirmó César Alierta, presidente de Telefónica, durante la inauguración del Mobile World Congress 2016. La edición de esta feria, que puede considerarse de transición, marca un punto de inflexión en la industria. El sector ha logrado desarrollar mejores y más potentes smartphones y presentar relojes inteligentes o wearables que pueden ser atractivos para los consumidores. Sin embargo, la innovación no es suficiente: se busca mayor diversificación en los productos que compramos y el Internet de las Cosas, entre otros, puede ayudar en este cometido.
Pero la investigación continúa avanzando con algunos de los materiales e industrias más prometedoras de la última década. En ese escenario cobra especial relevancia el grafeno, un producto que, desde su aislamiento por primera vez en 2004, no ha dejado de sorprendernos con sus interesantes aplicaciones. Propiedades como la flexibilidad o la conductividad convierten a este material en un método prometedor para almacenar energía e incluso obtener agua potable. Y el MWC 2016 ha añadido una nueva posibilidad para el grafeno: su empleo para fabricar sensores con los que interaccionar con nuestro cerebro, una utilidad que podría servir en medicina o en la construcción de intefaces cerebro-máquina.
La idea ha sido presentada por el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, que ha aprovechado su presencia en el “Pabellón del Grafeno” del Mobile World Congress para dar a conocer su proyecto. Los sensores electrónicos de grafeno podrían ser empleados para detectar la actividad electrónica del cerebro, de forma que se aplicarían en un área grande de nuestro “mejor supercomputador” obteniendo una resolución muy alta. Estos dispositivos se basan en matrices de microsensores de grafeno, con unas dimensiones de 10 µm x 10 µm, que se disponen sobre sustratos de polímeros flexibles y perfectamente adaptables a la forma del cerebro.
Cada sensor de grafeno es capaz de determinar pequeños cambios en la actividad eléctrica de nuestras conexiones nerviosas, que se detecta por variación minúsculas en la conductividad del propio dispositivo. Según han explicado desde el centro de investigación, los sensores ya están siendo aplicados en estudios sobre el sueño o la epilepsia llevados a cabo en modelos animales. Los resultados que obtendrán en estos ensayos serán claves para conocer cómo podría abordarse el diseño y la construcción de los sensores de grafeno en humanos.
De acuerdo a los científicos especializados en nanotecnología, estos sistemas podrían ayudar en la detección precoz de una crisis epiléptica en pacientes que sufran estos trastornos. Los sensores de grafeno serían capaces de alertar a la persona afectada, por ejemplo, mediante el envío de una señal de alarma a su teléfono móvil. A su vez el dispositivo podría ponerse en contacto con el centro médico o con una ambulancia, de forma que se reducirían los efectos provocados por una crisis epiléptica. Además, los investigadores creen que esta tecnología también sería interesante en el desarrollo de neuroprótesis para la comunicación verbal o para el control de extremidades artificiales. Aplicaciones muy interesantes que demuestran que el MWC 2016 es ya un escenario perfecto para presentar avances que revolucionarán el futuro, más allá de la telefonía móvil.
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