Alzheimer

Alzheimer

La variante ε4 del gen APOE es además el mayor factor de riesgo genético conocido para el alzhéimer.
Su uso puede inhibir el desajuste de la proteína TAU, una de las causas conocidas de la enfermedad.
La galantamina se utiliza normalmente para reducir síntomas de las primeras fases de la enfermedad.
El GV-971 logró mejorar la capacidad cognitiva de los pacientes en los ensayos.
Las compañías dijeron en un comunicado que la dosis más alta del medicamento, BAN2401, mostró una desaceleración estadísticamente significativa de la progresión de la enfermedad al final de los 18 meses en comparación con un placebo.
Dementia Discovery Fund (DDF), una iniciativa del ex primer ministro británico David Cameron, reúne al gobierno, la industria y organizaciones benéficas.
Aunque este hallazgo puede facilitar el desarrollo de terapias innovadoras, los autores insisten en que se necesita investigación adicional para determinar si esta relación es causal.
Se trata de un compuesto que se halla de forma natural en frutas como las uvas o algunas plantas.
Las farmacéuticas se agregaron a una gran cantidad de fabricantes de medicamentos que han dejado de desarrollar terapias para la enfermedad.
En la institución, se estudian cientos de encéfalos provenientes de donantes de toda la región en busca de mejores diagnósticos para enfermedades neurológicas.
el examen puede detectar deficiencias en la conectividad cerebral antes de la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad.
Aunque existen datos genéticos sobre la enfermedad,e n su mayoría son de estudios hechos en poblaciones caucásicas.
En los ratones con Alzhéimer, el aumento del miedo a la novedad y las conductas de ansiedad agravan los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia. En este modelo animal de la enfermedad, la cafeína tampoco beneficia el aprendizaje y la memoria, dos aspectos muy influenciados por la ansiedad.
Una nueva investigación lleva a poner atención a esta enfermedad no solo desde la neurociencia.
Científicos chinos y estadounidenses informaron en la revista Neuron cómo ayuda un receptor de las células inmunológicas en el cerebro a evitar o reducir la severidad de la enfermedad del Alzheimer, un desorden neurodegenerativo que afecta a 47 millones de personas en el mundo.
La meta de la empresa israelí BrainQ es un chip en el cerebro, que no necesite implantarse mediante cirugía.
Una proteína provoca el fallo de otra que está implicada en la memoria y el aprendizaje, según demuestra una investigación del Instituto de Neurociencias de Alicante. Los científicos han comprobado además que un gen concreto, principal factor de riesgo para desarrollar Alzhéimer, interfiere también negativamente en el control de esta proteína.
El neurobiólogo mexicano Luis Alberto Carrillo Reid desarrolló un procedimiento que, mediante el uso de un láser y proteínas fotosensibles, reprograma los grupos neuronales afectados por enfermedades neurodegenerativas.
Investigadores de Australia y Japón desarrollan un test que detecta el Alzhéimer incluso antes de la aparición de los primeros síntomas.
Un equipo de investigadores estadounidenses descubrió que acabar de forma gradual y por completo con una enzima puede mejorar la función cognitiva de los animales afectados con la enfermedad.