En el 2007, la ciudad de Nueva York se convirtió en la primera gran zona metropolitana de Estados Unidos en prohibir las grasas trans en restaurantes y otros sitios de comida.
El aumento de la obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares, entre otras no transmisibles, responde a la elevada ingesta de productos industriales y ultraprocesados, aseguraron especialistas.