Descubren conexión entre tumor cerebral y enfermedades neurodegenerativas

Lunes, 27/01/2020
Una proteína asociada a patologías degenerativas está presente en los gliomas, un tipo de tumor cerebral, según descubrieron científicos españoles recientemente.
SINC

Varios equipos de investigación españoles han descubierto una conexión entre los gliomas –tumores que se desarrollan en el cerebro– y las enfermedades neurodegenerativas. Los resultados revelan que la proteína TAU –relacionada con dichas patologías– se halla en las células de los gliomas y tiene la capacidad de dificultar su progresión.

La proteína TAU regula la capacidad de las células tumorales para formar nuevos vasos sanguíneos, que son fundamentales para el crecimiento del cáncer. Los autores destacan que este hallazgo, publicado en Science Translational Medicine, abre una vía para diseñar estrategias terapéuticas en el tratamiento de los gliomas, resistentes a la quimioterapia y la radioterapia.

La proteína TAU regula la capacidad de las células tumorales para formar nuevos vasos sanguíneos, que son fundamentales para el crecimiento del cáncer

El estudio es un logro conjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y el Hospital 12 de octubre de Madrid.

El trabajo se basa en la caracterización de muestras tumorales de pacientes con gliomas, así como en el estudio de diversos modelos preclínicos, tanto con cultivo de células tumorales como con modelos animales.

Los resultados muestran que la proteína TAU está presente en los gliomas menos agresivos y que su expresión se pierde a medida que aumenta el grado de malignidad del tumor. Por ello, los datos sugieren que TAU podría servir también como un marcador de buen pronóstico para los pacientes.

“La proteína TAU bloquea la capacidad de las células del glioma para formar nuevos vasos sanguíneos tumorales, que son diferentes de los vasos normales del cerebro. Estos nuevos vasos sanguíneos tumorales son fundamentales para proporcionar nutrientes a las células del glioma, lo que favorece un crecimiento más agresivo”, explican Ricardo Gargini y Jesús Ávila, investigadores del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.

“De hecho, cuanto mayor es la presencia de TAU en los tumores, menor es la cantidad de vasos aberrantes de los tumores y, por lo tanto, menor es su agresividad”, añaden los investigadores.

Usar fármacos ya aprobados

Otra conclusión relevante del estudio es que la función de la proteína TAU que atenúa el crecimiento de los vasos sanguíneos en los gliomas se puede imitar con compuestos derivados del fármaco Taxol, que ya se utiliza en otros tumores y que producen un efecto aditivo con la quimioterapia convencional de los gliomas.

Este hallazgo podría abrir la puerta a nuevas terapias basadas en el empleo de compuestos que ya están aprobados para su uso en otros pacientes con cáncer, o incluso en el uso de fármacos que hubieran sido inicialmente diseñados para pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

Este tipo de cáncer, el más agresivo de los tumores cerebrales, representa alrededor del 60 % de las neoplasias cerebrales

El trabajo también podría tener importantes implicaciones para caracterizar nuevas funciones de la proteína TAU en dichas patologías degenerativas, donde ya existen evidencias de la relevancia que podría tener la vasculatura cerebral de los pacientes en la evolución de la enfermedad.

El más agresivo de todos los tumores cerebrales

Los gliomas, que causan el 7 % de las muertes por cáncer, deben su nombre a su similitud con las células de glía, que están presentes en el sistema nervioso central y que rodean a las neuronas.

Este tipo de cáncer, el más agresivo de los tumores cerebrales, representa alrededor del 60 % de las neoplasias –formación anormal de un tejido tumoral– cerebrales y se clasifican según su grado de malignidad.

Los pacientes que son diagnosticados con los gliomas más agresivos tienen un índice de supervivencia muy bajo, de unos 15 meses. Esta investigación abre una nueva vía para la búsqueda de tratamientos que pudieran ser utilizados para controlar esta patología.

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