Este es el rol de las células “viajeras” en la formación de tumores
Cuando se está desarrollando el embrión humano ocurre uno de los fenómenos más importantes para la vida, que permite la formación de los diferentes órganos y tejidos. Todo esto es posibilitado por células que migran a ciertas zonas para dar paso a su creación, las llamadas células “viajeras”.
Éstas pueden recorrer grandes distancias dentro del embrión, sabiendo exactamente donde tienen que llegar para producir el corazón, pulmones, hígado, etc.
La científica española, María Ángela Nieto, doctora en Bioquímica y Biología Molecular, quien trabaja en el Instituto de Neurociencias de Alicante, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha estudiado por años a este tipo de células, los genes implicados y su relación con los tumores y el cáncer. Sus investigaciones en embriones podrían entregar más luces sobre cómo enfrentar mejor a diversas enfermedades relacionadas.
- ¿Ud. habla de “interruptores” que se encienden o apagan en los genes embrionarios, cómo funcionan?
- A lo que me refiero con interruptor, es a cuando el programa del viaje de la célula –desde el origen al destino- está encendido o apagado y esto está controlado por una serie de genes que están muy activos durante el desarrollo del embrión. Y cuando las células llegan a sus destino se apaga y se mantendría apagado todo el tiempo por la vida del adulto, a no ser que haya una enfermedad donde parte de ésta tiene que ver justamente con volver a encender el interruptor de esos genes que hacen que las células vuelvan a moverse.
- ¿Cómo se relacionan estos genes con los tumores?
- Cuando se maligniza un tumor, para que se desprendan células del cáncer para diseminarse por el cuerpo y formar otros tumores, se vuelven a encender estos genes, porque son el programa del movimiento celular. Durante el desarrollo embrionario no solo es beneficiosa esta migración sino que es absolutamente necesaria, pero en el caso del cáncer es completamente deletéreo, porque se constituye la metástasis, que representa el 90% de las muertes por cáncer.
- ¿Y se puede prevenir que se enciendan?
- Eso es lo que llevamos trabajando muchísimo tiempo. Pensamos que lo que teníamos que hacer era justamente apagar el interruptor en el tumor primario para impedir que salieran células y eso es correcto, estaría bien. Lo que ocurre es que cuando se produce el diagnóstico en la mayor parte de los pacientes, ya se han diseminado células. Y de hecho, si estuviéramos parando el programa del movimiento en el momento en el que ya hay células dispersas, estaríamos no previniendo la formación de las metástasis, porque ya estarían repartidas y desprendidas del tumor primario y harían más tumores. Entonces, eso ha hecho cambiar un poquito el concepto de estrategia terapéutica y lo que ahora pensamos es evitar que aniden, que colonicen en los órganos distantes para formar otros tumores. Es decir, si en las últimas décadas nos hemos estado fijando mucho en el tumor primario, ahora debemos centrarnos en los sitios donde pueden anidar los otros tumores.
- ¿Este fenómeno ocurre en todos los tipos de cáncer?
- Sí, este es algo general para todos los cáncer y los tumores sólidos, los carcinomas. Lo que pasa es que hay una cosa muy interesante, que dependiendo de cual sea el origen del tumor, hay órganos que son más sensibles para recoger esas células o no. Por ejemplo, en el caso del cáncer de mama, se sabe que donde más se forman las metástasis es en el hueso, o en el de colon, en el hígado. Pero en cualquier caso, en el proceso de la biología celular, estos interruptores de los genes embrionarios siempre funcionan, se encienden para que las células se suelten, igual que como lo hacían en el embrión, solo que ahí era para bien y ahora es para mal.
- Y con los estudios actuales, ¿se sabe por qué se desencadena que los genes se enciendan?
- Sabemos que la célula tumoral, la cancerosa, es muy diferente de la normal y algunas de las cosas que les pasan, como la pérdida completa del mecanismo de control, de distintos procesos y por lo tanto puede responder a muchas mas señales que una célula adulta normal. Esto quiere decir que es un poquito mas indiferenciada y que se comporta por tanto un poco más parecido a las células embrionarias, y por eso se encienden los genes embrionarios.
- ¿Cómo llegó a darse cuenta de que ocurría este fenómeno de las células viajeras en el cáncer?
- Yo trabajaba en esto, entonces tuvimos la suerte de encontrar estos genes y darnos cuenta que incluso en cultivo, podíamos reproducir esto, que es que una célula inmóvil se transformaba en una móvil, y cuando publicamos esto de los embriones, en el ultimo párrafo puse que esto me recordaba, a nivel de comportamiento de las células, a lo que ocurría para formar la metástasis del cáncer. Eso fue una hipótesis, fue hecha sin ningún resultado experimental en ese momento, solo el de los embriones, pero nos pusimos a trabajar y unos años más tarde encontramos que eso era verdad y ocurría.
Avances científicos
- En el campo de la edición genética, ¿pueden las tecnologías como CRISPR jugar un rol importante, en el tema de la prevención de metástasis?
- Hoy sabemos que esta herramienta de edición genómica tiene también mucha potencialidad para la medicina del futuro, como la regenerativa, pero en este caso estaríamos hablando de poder cambiar mutaciones, genes que estaban mutados, volverlos normales. En el caso de los procesos que yo estaba comentando, de las células viajeras, no tiene que ver con mutaciones, tiene que ver con que los genes estén encendidos o apagados. Por eso hablaba del interruptor.
- ¿Todas las células del cuerpo humano viajan?
- Sí, excepto las de la piel y del sistema nervioso. Todas las demás del cuerpo proceden de células que viajaron, y en el caso del cáncer, todas las cancerosas tienen la posibilidad de encender el interruptor.
- ¿Cómo ve el desarrollo de la ciencia en el campo del cáncer?
- Los avances científicos en los últimos 20 años han ayudado a que la supervivencia de los enfermos oncológicos haya aumentado en una forma increíble. Si hace 20, 25 años, la supervivencia del cáncer de mama a 5 años era del 20%, ahora hemos invertido los términos y la supervivencia es más del 80%. Eso se debe, precisamente a toda la investigación en cáncer que se potenció básicamente en casi todos los países del mundo y que lleva funcionando mucho tiempo.
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