Un extraño caso médico dejó perplejos a un grupo de especialistas en el hospital Causeway, de la ciudad de Coleraine (Irlanda del Norte), ya que hasta la sala de urgencias llegó un hombre de 84 años acusando inestabilidad corporal en el lado izquierdo de su cuerpo.

Tras practicarle una serie de exámenes y una tomografía final, los médicos encontraron que la persona vivía con un agujero de aire que cubría la mitad de lóbulo frontal derecho, en su cerebro.

“Todos estábamos perplejos”, relató el doctor Finlay Brown, del departamento de emergencias del hospital, al periódico norteamericano Washington Post.

Tras eso, consultaron al hombre sobre su historial de salud y determinaron, en primera instancia, que el hueco podía deberse a alguna operación realizada en el pasado, situación que luego fue descartada.

Tras practicar nuevos exámenes, los profesionales concluyeron que el paciente sufre de neumocefalia, una condición que genera aire en el cerebro en forma de burbujas, las cuales se originan por cirugías, infecciones o heridas cerebrales.

En este caso, el porte de la cavidad llamó la atención de todo el equipo, ya que mide cerca de 9 centímetros, más del doble de la medida de una neumocefalia normal.

Brown aseguró que: “Esta condición se pudo crear en meses o incluso años. Lo más probable es que cuando tosía, estornudaba o aspiraba; también estaba llevando pequeñas cantidades de aire a su cabeza”.

Científicamente, los especialistas determinaron que este problema se originó tras un tumor benigno que tuvo el paciente en los senos nasales (nariz), el cual genera presión sobre el lóbulo frontal.

Para solucionar la situación, los médicos dieron dos opciones al hombre, intervenir la zona de aire para descomprimir la presión o remover el tumor por medio de cirugía.

Cabe señalar que ambas fueron descartadas por el afectado, indicando que su edad se lo impide y que, aún con la presencia del tumor, se siente bien de salud.

Sin embargo, el deberá hacerse chequeos constantes de su situación, ya que existe un alto riesgo de sufrir infección por la posible presencia de bacterias en su cerebro.