Edición genética: ¿Todo lo que podemos hacer lo debemos hacer?
La edición genética, esto es, la posibilidad de modificar el genoma de cualquier organismo a voluntad, ha revolucionado la biología, la biomedicina y la biotecnología. Las herramientas más eficaces que conocemos para abordarla son las llamadas CRISPR, descubiertas, nombradas y descritas inicialmente por Francisco Mojica, de la Universidad de Alicante, hace 25 años, como parte de un sistema de defensa que tienen las bacterias.
Apenas hace cinco años que comprobamos su utilidad para editar genomas de células de ratón y de muchas otras especies, incluida la especie humana. La extraordinaria versatilidad, sencillez y asequibilidad de estas herramientas CRISPR ha catapultado la aparición de múltiples aplicaciones. Desde la generación de animales modelo avatar que reproducen fielmente las mutaciones diagnosticadas en pacientes humanos, para el estudio de enfermedades, a la propuesta innovadora de usar CRISPR para corregir mutaciones preexistentes con una finalidad terapéutica con nuevas estrategias de terapia génica somática.
En animales de granja y plantas es ahora posible usar esta tecnología ara incorporar caracteres genéticos beneficiosos existentes en variantes naturales que hasta ahora eran difíciles de trasladar a las variedades que se consumen. También se ha propuesto usar CRISPR para interferir en la dispersión de agentes infecciosos por mosquitos, como el virus del Zika, la fiebre amarilla o la malaria. Y, obviamente, ya ha habido quien se plantea su uso para modificar nuestro genoma de forma irreversible, algo que hoy en día es ilegal en muchos países que, como España, firmaron el Convenio de Oviedo de 1996.
Modificaciones no deseadas
Naturalmente, la edición genética mediada por CRISPR no está exenta de problemas. Es frecuente la generación de múltiples alelos en el gen deseado (mosaicismo genético) y hay que tener en cuenta la posible modificación no deseada en secuencias similares a la diana. Esto último ha generado recientemente algún revuelo, tras la publicación de unos resultados en ratón que sugerían la aparición de múltiples mutaciones inesperadas tras un experimento de edición genética con CRISPR, aunque rápidamente se constató que la inquietud no estaba justificada, pues las aparentes mutaciones eran producto de errores en el diseño experimental y en la interpretación de los resultados.
En cualquier caso, debido a la existencia de estas incertidumbres, resulta aconsejable una aproximación prudente antes de implementar el uso de CRISPR en terapias y en nuestro entorno natural. Por ello, un grupo de investigadores y miembros de numerosos comités de ética institucionales europeos acabamos de publicar en la revista Transgenic Research un documento en el que intentamos promover la discusión de los beneficios y posibles riesgos de la edición genética, entre expertos y con la sociedad, con objeto de ayudar a definir los cambios legislativos que deberán acometerse en un futuro próximo.
En la publicación proponemos constituir un comité europeo que acoja a expertos en edición genética y bioética de diversos países en el que contextualizar y debatir los avances constantes en este campo y su posible impacto en personas, animales, plantas y, en general, en el medio ambiente. En definitiva, una iniciativa para promover el uso responsable de esta tecnología tan prometedora.
Ha habido quien ha propuesto establecer una moratoria en el uso de las herramientas CRISPR. No creemos que esta sea una aproximación adecuada para promover la necesaria investigación en edición genética, para mejorarla y hacerla más segura y eficaz. Somos conscientes que, en algún momento, habrá que reevaluar la actual prohibición de editar el genoma humano, analizando riesgos y beneficios, caso por caso, si logramos reducir el mosaicismo y las mutaciones no deseadas a niveles aceptables. Por ejemplo, para prevenir la aparición de patologías congénitas graves como la enfermedad de Hungtington u otras enfermedades raras para las cuales hoy en día no existe tratamiento.
Una aplicación con objetivo muy distinto sería plantear editar el genoma para promover o incrementar características de elección, algo netamente desaconsejable. Con esta publicación planteamos fomentar el debate, entre expertos y la sociedad, a través de la constitución de un Comité Europeo que reflexione sobre el uso responsable de las técnicas de edición genética y sus aplicaciones en humanos y en el medio ambiente.
Comentarios