Ejercicio podría alterar bacterias del intestino
En la última década los científicos han puesto un especial interés en entender la microbiota, esos millones y millones de microorganismo que habitan en nuestro intestino y determinan nuestra salud y metabolismo. Científicos de la Universidad de Illinois han añadido un nuevo e inquietante descubrimiento en este campo de la medicina: el ejercicio produce cambios en la composición y la cantidad de la microbiota.
En un artículo publicado en noviembre en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, los autores explicaron que sus hallazgos “sugieren que el entrenamiento físico induce cambios funcionales y de composición en la microbiota intestinal humana que dependen del estado de obesidad, independientemente de la dieta y contingentes a la sustentación del ejercicio”. Una buena noticia para los que están pensando en un nuevo regimen de salud para el 2018 pero no quieren renunciar del todo a algunos placeres en su dieta.
Los científicos de la Universidad de Illinois reclutaron a un grupo de 32 voluntarios, 18 delgados y 14 obesos, todos ellos previamente sedentarios y les pidieron participar en un regimen de seis semanas de entrenamiento de ejercicio supervisado, basado en la resistencia (3 días / semana) que progresó desde 30 a 60 minutos por día de intensidad leve hasta un entrenamiento de intensidad vigorosa.
Una vez concluida el regimen de ejercicio, los participantes regresaron a su estilo de vida sedentario durante un período de seis semanas. Los científicos se encargaron de tomar muestras fecales en cada momento del experimento para llevarlas al laboratorio y analizar la diversidad de microorganismos.
Si bien cada participante mostró cambios particulares, el experimento demostró que el aumento de ejercicio provocó el aumento de ciertos microbios asociados a la producción de sustancias conocidas como ácidos grasos de cadena corta, que están asociados a la reducción de la inflamación en el intestino y el resto del cuerpo. También se cree que esos microoganismos combate la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes.
Al evaluar los cambios después de seis semanas de suspender el ejercicio, los científicos notaron que la microbiota regresó a su estado inicial.
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