Algunos estudios que hablan de posibles ventajas de su consumo frente al nuevo coronavirus han sido divulgados, pero no considerarían los daños de la sustancia y el humo a las vías respiratorias y el sistema inmune.
Investigadores encontraron que una proteína codificada por un gen relacionado con la diabetes llamado factor de transcripción 7 como 2 (Tcf7l2) media un circuito de señalización que conecta las neuronas en el cerebro activadas por la nicotina a la regulación de la glucosa en sangre por el páncreas.
Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, Youtube: las redes sociales han revolucionado la forma en que nos conectamos unos con otros; tanto que han generado trastornos de ansiedad y depresión en miles de jóvenes, convirtiéndose en una gran fuente de adicción.
La abstinencia temprana a la nicotina provoca numerosos efectos indeseados, que incluyen síntomas físicos, afectivos y cognitivos, entre los cuales se encuentran déficits en la atención y alteraciones en la memoria.
Entre los que usan vaporizadores, más de la mitad son personas que cambiaron a cigarrillos electrónicos después de dejar el tabaco, según la encuesta de Acción Contra el Tabaquismo y la Salud (ASH, por sus siglas en inglés), y el 40% son fumadores de tabaco que intentan dejar de fumar.
En el año 2000, tras décadas de negación, Philip Morris reconoció el poder adictivo de la nicotina y se dedicó a crear productos bajos en esta sustancia. Sin embargo, un análisis de archivos secretos revela que la empresa era conocedora de los factores psicológicos, sociales y ambientales asociados al tabaquismo, y les otorgaba tanta importancia como a la nicotina.
La compañía ha invertido miles de millones de dólares en cigarrillos electrónicos y otros dispositivos alternativos de suministro de nicotina, incluyendo productos que calientan en lugar de quemar tabaco.
La semana pasada, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos anunció planes para iniciar un diálogo público sobre la reducción de los niveles de nicotina en los cigarrillos a niveles no adictivos.
De acuerdo con el organismo regulatorio, fumar cigarrillos es responsable de más de 480.000 muertes al año en Estados Unidos y de cerca de US$ 300.000 millones en costos directos de atención médica y productividad perdida.